
La infancia es la época de la vida donde somos más vulnerables, donde existen cambios a nivel anatómico y fisiológico a gran velocidad. En los primeros años de vida maduran, crecen y se desarrollan diferentes sistemas corporales. Es por ello que esta es una etapa en la que diversas influencias internas y externas pueden afectar al correcto desarrollo de estos sistemas digestivo, respiratorio, nervioso, musculoesquelético, etc.
En la infancia es donde la osteopatía alcanza su máxima expresión como medicina preventiva, pues puede detectar disfunciones corporales antes de que se conviertan en una patología o problema instaurado.
Esta indicada en cualquier momento en esta etapa vital, como revisión general para detectar problemas emergentes o por un motivo concreto o patología. El tratamiento osteopático utilizado para bebes y niños es suave, seguro y eficaz. Buscamos reequilibrar al paciente dándole el apoyo que necesita, siempre teniendo en cuenta su globalidad, su historia pasada y estado actual y su capacidad de autocuración.
El objetivo del tratamiento osteopático es siempre mejorar la capacidad de adaptabilidad del sujeto y poder llegar al máximo de sus posibilidades, desde donde esté.
Los bebés al nacer no están libres de disfunciones, el nacimiento es uno de los eventos más estresantes de nuestra vida. El bebé esta sometido a fuerzas y tiene que girar, torcerse y abrirse paso a través de la pelvis ósea. El cráneo, que contiene el sistema nervioso se comprime y moldea durante el parto, lo cual es frecuente que deje huellas que pueden dar lugar a tensiones o lesiones que generan incomodidad o inquietud.
Debemos tener en cuenta que durante el embarazo y el parto se pueden ejercer fuerzas potentes, generando disfunciones a diferentes niveles. Durante las diferentes etapas de crecimiento pequeñas disfunciones pueden suponer alteraciones mayores a largo plazo, por tanto sería interesante una valoración para chequear ese equilibrio global del cuerpo que favorezca el desarrollo y el confort.
Asegurar y dar calidad al desarrollo de los niños previene de problemas de salud en el futuro. Ciertas compresiones, bloqueos o tensiones generalizadas pueden ser fuente de problemas por interferir en el crecimiento y comportamiento, en los patrones de sueño y en la inercia de la salud.

Indicaciones
- Torticolis
- Deformidades en columna: escoliosis, cifosis, hiperlordosis, rectificaciones
- Deformidades en las extremidades: genu valgo/varo, pie plano/cavo/equino, varo, hiperlaxitud
- Deformidades en el cráneo: plagiocefalias, asimetrías
- Temblores
- Malas posturas
- Contracturas
- Problemas de oclusión
- Problemas del crecimiento
- Se arquea cuando esta boca abajo
- Siempre gira la cabeza hacia el mismo lado aunque pueda hacerlo en ambos
- Problemas en gateo, rastreo, volteo o al caminar
- Prematuridad
- Gestación complicada: dolores, diabetes, reposo absoluto, etc.
- Traumatismos: golpes importantes, caídas, accidentes, estrés
- Parto nalgas, cesárea, fórceps, ventosa, Kristeller
- Vuelta de cordón umbilical, cordón corto
- Fracturas craneales
- Fracturas de clavícula
- Subluxación clavícula
- Dificultad primera respiración por aspiración o reanimación
- Bronquitis, bronquiolitis, neumonías
- Asma
- Sinusitis
- Otitis
- Respiración bucal
- Cólicos
- Reflujo
- Vómitos
- Barriga distendida
- Estreñimiento
- Problemas de succión
- Problemas de deglución o masticación
- Llantos excesivo
- Dolor cabeza
- Irritabilidad
- Alteraciones del sueño
- Enuresis nocturna
- Déficit atención
- TDAH
- Autismo
Para tratar el foco e intentar reducir posibles efectos secundarios de las misma
- Problemas de dicción
- Ortodoncia